Francisco Coll Guitart Índice Sus primeros años de vida Exclaustración Fundador Beatificación y...


Nacidos en 1812Fallecidos en 1875HombresSantos de CataluñaSantos católicosPersonas beatificadas por Juan Pablo IIPersonas canonizadas por Benedicto XVIFundadores de una orden o congregación católicaSantos dominicosDominicos de EspañaNaturales de la provincia de GeronaReligiosos de España del siglo XIXDominicos de España del siglo XIX


GombrénGerona18 de mayo1812VichBarcelona2 de abril1875sacerdoteOrden de PredicadoresCongregación de Hermanas Dominicas de la AnunciatasantoIglesia católicaVichsacerdote28 de mayo1836SolsonaObispoJuan José de Tejada SáenzpriorpredicacióncatequesisrecristianizaciónSan Antonio María ClaretSanta SedeMisionero ApostólicoPadres jesuitasdominicosagustinossacerdotes diocesanosseglaresEvangelio1850Tercera Orden DominicanaVichevangelizaciónObispo de Vich15 de agosto1856Congregación de Hermanas Dominicas de la Anunciatasacramento de la ReconciliaciónEucaristíaoraciónCristoJuan Pablo II11 de octubre2009Basílica de San PedroBenedicto XVIUTCPapa








































San Francisco Coll

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Nombre
Francisco Coll y Guitart
Nacimiento
18 de mayo de 1812
Gombren, Gerona EspañaFlag of Spain.svg España
Fallecimiento
2 de abril de 1875
Vich, Barcelona EspañaFlag of Spain.svg España
Venerado en
Iglesia católica
Beatificación
27 de septiembre de 1979 por Juan Pablo II
Canonización
11 de octubre de 2009 en la Basílica de San Pedro por el Papa Benedicto XVI[1]
Orden religiosa
Orden de Predicadores Ver y modificar los datos en Wikidata
Atributos
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San Francisco Coll y Guitart (Gombrén, Gerona, 18 de mayo de 1812 - †Vich, Barcelona, 2 de abril de 1875) fue un sacerdote español profeso de la Orden de Predicadores y fundador de la Congregación de Hermanas Dominicas de la Anunciata, reconocido como santo por la Iglesia católica el 11 de octubre de 2009.






Índice






  • 1 Sus primeros años de vida


  • 2 Exclaustración


  • 3 Fundador


  • 4 Beatificación y canonización


  • 5 Véase también


  • 6 Referencias





Sus primeros años de vida


Francisco Coll nace en Gombrén, España, el día 18 de mayo de 1812, siendo el menor de once hermanos del matrimonio de Magdalena Guitart y de Pedro Coll; una familia muy sencilla, pobre pero llena de amor. Francisco vino al mundo en tiempos muy difíciles; ese año, 1812, se ha llamado "Año del hambre". Pues la situación para la población española es desesperada ya que después de un tiempo de guerra no quedan recursos suficientes para sostener a los habitantes. Y la familia del pequeño Francisco ya era muy numerosa.


Fue bautizado como Francisco José y Miguel el día 19 de mayo de 1812 en la Iglesia de María Magdalena en Gombrén, en la cual aún se conserva la pila donde fue bautizado.


Francisco queda huérfano de padre cuando tenía apenas cuatro años, pero su madre con mucha valentía lo educa a él junto a sus hermanos. El niño fue creciendo en aquel sencillo pueblo de montaña, bajo el amoroso cuidado de su madre.


Fue creciendo y se iba notando en él el gran amor a Dios que había aprendido de su madre; jugaba con sus amigos a hacer procesiones, donde él era el sacerdote; de igual forma jugaba a darles sermones y para ello utilizándolos como púlpito se subía a los balcones, árboles o al zaguán de cualquier vecino.


El pequeño desde entonces estaba anunciando la gran labor que más adelante iba a realizar como predicador itinerante.


Su madre, como cualquier madre se preocupaba por el futuro de sus hijos, pero veía en Francisco con gran esperanza a un futuro sacerdote y eso la consolaba mucho.En una ocasión dijo al Niño "Hijo ojalá explotes de amor de Dios", pues era evidente lo que el niño iba manifestando con sus actitudes.


Cuando tenía diez años, abandona su casa y viaja para comenzar su formación como sacerdote; en 1822 se dirige al seminario de Vich.



Exclaustración


Francisco Coll termina el año de teología en el seminario de Vich y es ordenado sacerdote el 28 de mayo de 1836 en Solsona por el Obispo Juan José de Tejada Sáenz, con la licencia de su prior provincial dominicano, y con título de pobreza como corresponde a un religioso de votos solemnes.


A partir de este momento el Padre Francisco Coll se dedica intensamente a la labor de la predicación, la catequesis, la recristianización. Para realizar el ministerio de la predicación prefería el trabajo en equipo por ser el fruto más copioso.


Colaboró en la "Hermandad apostólica" que puso en marcha San Antonio María Claret. Fue nombrado por la Santa Sede Misionero Apostólico. También predicó en colaboración con Padres jesuitas, dominicos, agustinos y sacerdotes diocesanos. En el equipo había también colaboradores seglares.


El Padre Francisco que iba de un pueblo a otro sembrando generosamente la Palabra de Dios, en una vida de total entrega al Evangelio, de todos es admirado y estimado por su ardiente celo, su talante espiritual y su doctrina: "Dios nos dé muchos hombres apostólicos como el Padre Coll y nos volverá la paz que tanto necesitamos".[2]




Iglesia católica de Moiá.




«..."¡Oh Rosario! Tu eres un libro, breve si, pero que enseña lo más santo y lo más sagrado de nuestra Religión, tu eres un arca que ocultas un tesoro riquísimo digno de que todos los hombres lo busquen con gran ansia, tú ere un regalo del Cielo que nos descubres los elementos de la Religión, los principios, los motivos, y la práctica de todas las virtudes, tú nos enciendes en caridad, y amor hacia aquel dios que tanto se dignó hacer y padecer por nosotros: Tu despiertas a los somnolientos, caldeas a los tibios, empujas a los perezosos, sostienes a los justos, conviertes a los pecadores, reduces o confundes a los herejes, espantas al demonio, haces temblar al infierno o, por decirlo mejor, eres una devoción que incluyes y contienes todas las demás devociones"...»


Ardiente propagador del Rosario, así predicaba en Moiá.


A partir de 1850 el P. Coll fue nombrado por sus superiores dominicos, Director de la Tercera Orden Dominicana en Cataluña. En Vich ejerció mucha influencia en la renovación y promoción de nuevas formas de vida religiosa, especialmente dominicana.



Fundador


La actividad apostólica misionera le hizo sentir la necesidad de evangelización permanente. Vio que su predicación encendía la llama de la fe y de la vida cristiana en el corazón de la gente, pero ¿qué sucedía después cuando se alejaba de los pueblos? Atento al Espíritu, fue atisbando la respuesta a sus interrogantes. Decidido a realizar su proyecto, con el consentimiento del Obispo de Vich y del Superior de la Orden, reúne a siete jóvenes vocacionadas y el día 15 de agosto de 1856 nace la Congregación de Hermanas Dominicas de la Anunciata, a quienes les confiaba la misión que es de toda la Orden Dominicana:




«...Anunciar el nombre de Jesucristo Salvador; predicando la verdadera doctrina, en los poblados grandes y pequeños, con la palabra y el ejemplo...»


Regla o Forma de vivir de las Hermanas


Su actividad evangelizadora incluía una gran entrega al sacramento de la Reconciliación, un énfasis destacado en la Eucaristía y una insistencia constante en la oración:




«...Francisco Coll llegaba al corazón de los demás porque trasmitía lo que él mismo vivía con pasión en su interior, lo que ardía en su corazón: el amor de Cristo, su entrega a Él. Para que la semilla de la Palabra de Dios encontrara buena tierra, Francisco fundó la congregación de las Hermanas Dominicas de la Anunciata, con el fin de dar una educación integral a niños y jóvenes, de modo que pudieran ir descubriendo la riqueza insondable que es Cristo, ese amigo fiel que nunca nos abandona ni se cansa de estar a nuestro lado, animando nuestra esperanza con su Palabra de vida...»


Palabras de Benedicto XVI el día de su canonización.



Beatificación y canonización


El día 29 de abril de 1979 es beatificado por Juan Pablo II.


El día 11 de octubre de 2009, en una ceremonia en la Basílica de San Pedro, fue proclamado santo por Benedicto XVI, a las 7:33 (UTC).[3]


Recordando en castellano a san Francisco Coll, el Papa subrayó que «San Pablo nos recuerda en la segunda lectura que «la Palabra de Dios es viva y eficaz» (Hb 4,12). En ella, el Padre, que está en el cielo, conversa amorosamente con sus hijos de todos los tiempos (cf. Dei Verbum, 21), dándoles a conocer su infinito amor y, de este modo, alentarlos, consolarlos y ofrecerles su designio de salvación para la humanidad y para cada persona».



Véase también


  • Anexo:Lista de beatificados por Juan Pablo II


Referencias




  1. Benedicto XVI proclama por primera vez a dos santos españoles


  2. Simó Rojas de Guardiola y Hortoneda, Obispo de Urgel, haciéndose eco de su predicación exclamó.


  3. Benedicto XVI canoniza a los españoles Francisco Coll y Rafael Arnáiz Agencia SIC [1]



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